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domingo, 28 de abril de 2013

“Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre!” Paulo Freire


Porque los docentes, y en especial los de liceos suburbanos, nos sentimos muchísimas veces como ovillados en las madejas que en ciertos contextos han tejido miradas políticas más o menos involucradas con las realidades humanas que coexisten en el país, el siguiente artículo puede resultarnos más que interesante y esclarecedor:


W. Bion y su contribución al debate Natura vs. Nurtura [1] Desarrollo temprano y psicosis

Por Ricardo Spector
Médico Psiquiatra y Psicoanalista. Miembro del Colegio de Psicoanalistas www.colegiodepsicoanalistas.com  Miembro Titular Didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentinawww.apa.org.ar
rispector@gmail.com


El trabajo con Grupos y con pacientes esquizofrénicos llevó a Bion a elaborar un 'modelo de la mente' que implica el estudio pormenorizado de los orígenes del pensamiento y una postura original sobre el desarrollo primitivo o temprano, basado en el encuentro bebé / madre, del que nos ocuparemos aquí. Describe los fracasos originarios en la construcción de las categorías mentales básicas que se relacionan con la personalidad psicótica. Estos fracasos son fruto de la falla del par continente – contenido y pueden deberse tanto al ambiente como a factores constitucionales.

Aclaraciones metodológicas

Los modelos y teorías, acerca del desarrollo primitivo de la mente, elaboradas por Bion surgen de la aplicación del método psicoanalítico. Por lo tanto son inferencias, muchas de las cuales pueden ser puestas a prueba tanto por la exploración directa de bebés en su medio ambiente como por investigaciones en otros territorios tales como los neurocientíficos, genéticos, etológicos, etc. Pero es importante aclarar que los objetos de estudio que aísla son propios de la disciplina y que las correlaciones posibles con otras se harán respetando los métodos de investigación de cada una y, por lo tanto, el recorte de su propio objeto de estudio. Sólo puede estudiarse lo mental a partir de los efectos que produce en otro ser humano, al menos desde el punto de vista psicoanalítico.

En el contexto de esta publicación, lo que probablemente sea más interesante es seleccionar un aspecto de la obra de Bion que, a mi juicio, permite tener un instrumento útil para plantearse el siguiente problema: ¿De qué modo afecta el bebé a su ambiente?¿Qué modelo de la mente permite aproximarse a este problema? ¿Es posible disminuir la dicotomía, que podría ser parcialmente productiva desde el punto de vista operacional, pero muy poco convincente desde el punto de vista de la comprensión científica, entre natura y nurtura?  Las psicosis son las situaciones clínicas privilegiadas para explorar e hipotetizar sobre esta cuestión, aunque es operante en todos los seres humanos.

 Es evidente, para todos aquellos que trabajan en psiquiatría infantil, que el medio ambiente del niño es de extrema importancia para su desarrollo emocional. Incluso los poetas y el conocimiento popular reconocen desde hace siglos, la importancia de la crianza para el desarrollo futuro de la personalidad. Sin embargo, lo que no ha sido tan evidente, para aquellos involucrados en el cuidado continuo de bebés desde el nacimiento, es que lo que el neonato ofrece al medio ambiente es variable y también ampliamente importante en la determinación del crecimiento de su personalidad.

Desarrollos en el psicoanálisis

Freud comenzó investigando la determinación de síntomas neuróticos en pacientes adultos y su relación con situaciones traumáticas actuales. No tardó en convencerse de que debía buscar las raíces de los fenómenos actuales en la infancia. Esto no fue suficiente y describió las Series Complementarias.

Estas implican que la manifestación sintomática actual contiene una dimensión constitucional, un factor traumático infantil y un factor desencadenante contemporáneo al síntoma. Su otro gran descubrimiento fue que no es posible investigar un aparato psíquico si no es poniéndolo en relación con otro. El estudio de la relación transferencial y sus modificaciones a lo largo del tratamiento se convirtió en el centro de la labor psicoanalítica. Aunque dejó para sus continuadores la exploración de los desarrollos primitivos o tempranos, él captó lo esencial y dio el paso fundamental en la investigación científica del niño y el bebé que hay en todos nosotros cuando diseñó el método psicoanalítico.

Sabemos que, a partir de su obra, se desarrollaron múltiples líneas que generaron "escuelas" y que estas, jerarquizaron y desplegaron aspectos diferentes de sus descubrimientos. M.Klein y D.Winnicott suelen ser vistos como representando posturas polares, o extremas, en el debate natura-nurtura.

M.Klein habló de envidia primaria como factor constitucional que, si es muy intensa, perturba la relación del bebé con el pecho y, por lo tanto, genera dificultades serias en el desarrollo psíquico. De todos modos, no dejó de tener en cuenta la importancia del medio ambiente.  D.Winnicott acumuló evidencia convincente de cómo los patrones básicos de salud del crecimiento de la personalidad infantil pueden ser distorsionados por las fallas familiares e impulsados por los logros de la familia. Pero él llamó a la psicosis adulta "una enfermedad por deficiencia en la infancia", implicando deliberadamente que el medio falló en proveer el cuidado necesario como si se tratara de las deficiencias vitamínicas

. Probablemente pensó que M. Klein era incapaz de entender la importancia para un infans de los éxitos y fallas de su medio ambiente. Este malentendido reforzó una postura defensiva en él y en otros contra el reconocimiento de la contribución del infante al impacto del cuidado que se le ofrece.  Desde mi punto de vista, el desarrollo de Bion del descubrimiento de M.Klein de la identificación proyectiva ofrece una vía de progreso en el malentendido Klein-Winnicott. Pienso que también hace posible un acercamiento entre los protagonistas del rígido y vehemente combate natura versus nurtura. Bion dedujo y describió cómo los estados emocionales tempranos, tanto placenteros como dolorosos, son experimentados en forma concreta y, como tales, no están disponibles para el crecimiento mental. Estos estados no pueden ser pensados, imaginados, soñados, recordados (como opuesto a ser repetidos), hasta que hayan sido transformados en experiencias abstractas.

Un infans no puede adquirir esta capacidad para transformar sus experiencias primitivas de elementos beta a elementos alfa [2] como los llamó Bion, excepto por identificación con un objeto capaz de efectuar esta función fundamental. Esta identificación es lograda en el desarrollo sano vía el uso de la identificación proyectiva como un mecanismo normal. En esta situación un infans evacúa su inmanejable, indigerible, conglomerado de buenas y malas experiencias en el objeto parcial care-taking. Este objeto parcial receptivo ofrece una realización de la expectativa innata del infans, su preconcepción de que hay un "algo en algún lugar" en el cual lo inmanejable puede ser hecho manejable, lo insoportable soportable, lo impensable pensable.

El objeto parcial primario, el pecho en terminología kleiniana, actúa por medio de un proceso al cual Bion llama función α, sobre los elementos ßproyectados y los vuelve pensables, almacenables y soñables. Éstos son proyectados en el bebé e introyectados por él. El resultado es una identificación con un objeto parcial capaz de producir la función α.  Bion dió el nombre "reverie" a la capacidad del objeto de recibir y responder creativamente a las experiencias concretas, de caos y confusión proyectadas por el bebé. La capacidad de un bebé normal para tolerar la frustración es muy pequeña. Cuando un neonato normal experimenta frustración esto ocurre en un terrible estado de sufrimiento, que él asume como interminable.

Este sentir de la urgencia con que esta infinita agonía debe ser frenada de inmediato es proyectada sobre la madre. En otras palabras, la madre la siente, lo que es distinto de comprenderla. La siente. Ella puede a menudo reaccionar rápida y adecuadamente. Reverie, o función α pueden producirse casi instantáneamente. Esta respuesta, que implica el encuentro de la preconcepción del bebé (en algún lado habrá algo que me alivie instantáneamente y del todo) con realizaciones apropiadas, deberá repetirse innumerables veces, y en un período prolongado de tiempo, para que el crecimiento mental normal pueda apoyarse sobre bases firmes. Esto implica también la paciencia y la intensa atención por parte de la Madre. También del analista con su paciente. Ambos deberán aprender de la experiencia.

Las fallas, la Madre y el neonato

Lo que puede resultar mal para un infans es una madre que no posea esa identificación con un pecho capaz de tolerar y de transformar lo intolerable. En este caso, ella no podrá responder creativamente, con reverie, a las proyecciones del bebé y deberá liberarse ella misma, de vuelta hacia y en el bebé, de un terror sin nombre. Esta respuesta interfiere con el crecimiento de la capacidad del infante para relacionar acción con reacción, causa y efecto, poner juntos uno y uno para hacer dos, o sea, perturba o impide el crecimiento de una capacidad para pensar, que es una capacidad para vincular.

Un modo habitual en que la madre intenta ocultar/se esta falla es por medio de un acercamiento puramente físico al malestar del lactante. Es fácil quedar atrapada en este funcionamiento dado que el bebé necesita alimentarse muy frecuentemente. Bion afirma que si la reverie no es acompañada del amor de la Madre por el hijo al mismo tiempo que por el Padre, esto será comunicado al bebé. Esto último, tiene muchas implicancias.

Es el modo en que podemos pensar que la triangularidad aparece de entrada, como condición necesaria para el desarrollo de la capacidad para pensar. Ya hemos dicho que Bion postula la existencia de una Preconcepción Pecho, es decir la expectativa innata de que algo habrá afuera que satisfará la necesidad en forma inmediata y completa. Para que la preconcepción conduzca al desarrollo deberá encontrarse con su realización, es decir, que la experiencia ocurra realmente. Pero va más lejos, afirma, y yo creo que es una hipótesis de gran valor, que existe una preconcepción edípica innata.

Por supuesto implica una estructura que ha de adquirir contenido de acuerdo a las experiencias posnatales, pero implica que en la disposición humana no sólo hay una expectativa de que 'algo afuera me va a satisfacer' sino también un 'conocimiento' de que los otros se satisfacen entre sí independientemente de uno mismo. Volvamos entonces a la reverie. La respuesta de la Madre al sufrimiento extremo del neonato, que ella experimenta 'realmente' en sí misma, y es capaz de contener, implicará -de su parte- el conocimiento conciente, y sobre todo inconciente, de que un bebé es algo diferente de un hombre (el Padre nombrado más arriba). En otras palabras, implicará que la Madre no es psicótica.

La madre psicótica podrá entonces proveer alivio físico de diverso tipo, pero no podrá generar las condiciones de desarrollo de la capacidad para pensar (debe tenerse presente que pensar implica a las experiencias emocionales).  Volvamos a nuestra pregunta inicial: ¿Cómo puede el bebé afectar a su medio ambiente? El modelo de la mente del que nos ocupamos ofrece una alternativa para incluir la posibilidad de que un ambiente razonablemente sano resulte incapaz de generar las condiciones para el crecimiento mental. Si la intolerancia a la frustración [3] es muy elevada en el bebé, éste será incapaz de identificarse con el objeto parcial que ha efectuado la función α. Sus caóticos estados emocionales (elementos ß), evacuados para que sean recibidos por el objeto, no pueden volver a ser incorporados por él para promover la capacidad de abstracción y por lo tanto el crecimiento mental. Utilizando el modelo digestivo para el funcionamiento mental, diríamos que hay un trastorno de la absorción. El único camino es una nueva evacuación que irá haciendo imposible la digestión por parte de la función α materna y haciendo proliferar la Parte Psicótica de la Personalidad.

Trastornos del Pensamiento

La psiquiatría clínica ha descripto, hace ya mucho tiempo, a la concretización del pensamiento como un signo patognomónico de los cuadros de tipo esquizofrénico. Freud los estudió en relación a la desinvestidura de la Representación-cosa. El aporte fundamental de W. Bion, que nos interesa destacar aquí y que proviene de la experiencia en la práctica psicoanalítica, es que la capacidad para pensar se adquiere en la relación entre dos mentes en diferente estado de desarrollo.

La capacidad para pensar implica la capacidad para vincular. Hemos descrito muy suscintamente el pattern básico de dicha interacción, cuando es normal: 1) Identificación Proyectiva del estado emocional insoportable, experimentado en forma concreta (contenido). 2) El estado emocional es experimentado por la madre (o por su sustituto que opera como continente) y procesado por ella. Esto implica que es puesto en relación, o vinculado, con las ideas que ella tiene acerca del bebé y de sí misma. 3) Es devuelto al bebé en forma 'digerida'.

Esto implica que el bebé recibe tanto el contenido procesado como la capacidad para procesar (Función α). Este proceso genera, entonces, el desarrollo de la capacidad para 'pensar las experiencias emocionales', que es la fuente de la salud mental. Es el origen de la capacidad para la abstracción y el reconocimiento/ diferenciación de nuevas experiencias emocionales. Las fallas en este proceso pueden darse, entonces, en cualquiera de los componentes de la pareja bebé – madre, del modo antes descrito (madre psicótica o intolerancia extrema a la frustración en el bebé).

El resultado será entonces la incapacidad para la conciencia, tanto de la realidad interna como de la externa, y la imposibilidad para modificar la frustración en relación con la realidad, siendo necesario evadirla. Esto inhibe el crecimiento mental.

Notas
[1] Nurtura: nutrición y, por extensión, la crianza o educación que se recibe. [2] Dice Bion en Aprendiendo de la Experiencia: "La función Alfa opera sobre las impresiones sensoriales, cualesquiera sean, y las emociones, cualesquiera sean las que el paciente acepta. Mientras la función Alfa opere con éxito, se producirán elementos alfa y estos elementos resultarán adecuados para ser almacenados y satisfacer requisitos de los pensamientos oníricos. Si la función Alfa es perturbada, y por lo tanto resulta inoperante, las impresiones sensoriales que el paciente capta y las emociones que él está experimentando permanecen inmodificadas. Los llamaré elementos beta. En contraste con los elementos alfa, los elementos beta no son sentidos como si se tratara de fenómenos, sino como las cosas-en sí- mismas." [3] Esta manifestación inferible (intolerancia extrema a la frustración) puede considerarse como la expresión mental de diversos trastornos que pueden ser estudiados desde el punto de vista neurobiológico como factores constitucionales en la esquizofrenia.





Bibliografía

 Bion W. - Differentiation of the Psychotic from the non-Psychotic Personalities. International Journal of Psycho-Analysis, Vol. 38, 1957.  - A Theory of Thinking. International Journal of Psycho-Analysis, Vol. 43, 1962. - Aprendiendo de la Experiencia, Editorial Paidos, Buenos Aires.   Freud S.: Lo Inconciente. En Obras Completas, Amorrortu ediciones, Tomo XIV.


Fuente: http://www.elpsicoanalitico.com.ar
Fuente general: Semanario Alternativas Nº 263 del 19/4/2013


Evaluar se parece, cada vez más, al mito de Prometeo.
Pero a lo hecho, pecho, como dice el refrán.
Pecho, y no sólo cabeza.














lunes, 22 de abril de 2013

“No hay cuestión social de alguna importancia que no tenga su repercusión en la Escuela, y no hay cuestión escolar que no tenga sus consecuencias sociales”.- Clemente Estable

Y porque hoy, más que nunca, esa red tendida entre el hogar y los centros de educación,con la que intentábamos proteger al adolescente,es vulnerable en extremo, invitamos a visitarnos en

petalosenlasgrietas.blogspot.com

donde la Educación repara, zurce y espera que el hilo no vuelva a romperse.

Año 2007- Actividades de los Terceros de Extraedad Diurno en Literatura














ACTO I
ESCENA 1

(Casa humilde, de una sola habitación que oficia de dormitorio y comedor; oscura y desordenada, impregnada de un intenso olor a alcohol. En el piso, un colchón de dos plazas. Una mesa con tres sillas de madera, un armario amplio y sobre él, una tele blanco y negro. Hacia un rincón la cocina y una mesita.)


Arturo-   Chuqui, andá a comprarme un litro de vino.
Chuqui-  ¡Pará, papá! Ahora no puedo, estoy fregando.
Arturo-   ¡Te dije ahora! (Se acerca a él y le da un cintazo en la espalda. El chico se va llorando.)

ESCENA 2

(Chuqui ha vuelto del mandado.)


Arturo-   Servime un vaso de vino.
Chuqui-  Sí, ya voy. (Lo sirve y se lo alcanza. El padre se toma medio vaso y lo vuelve a llamar.

Arturo-   Vení, Chuqui, arrimate un poco. (Chuqui va hasta donde está él e inmediatamente el padre lo tira sobre el colchón, lo pone boca abajo, le pega y lo obliga a desnudarse.)

Chuqui-  ¡No, papá, otra vez no! ¡Por favor!

Arturo-   ¡Apurate que no tengo todo el día, y dejá de llorisquear que no sos un mariquita! (y comienza a abusar de él.



ESCENA 3

(A las horas, el hombre despierta y ve a su hijo preparando la mochila.)

Arturo-   ¿A dónde vas?
Chuqui-  (Enojado pero triste) No importa. La cuestión es que voy a estar mejor que acá en casa.
Arturo-   ¿Dónde te vas a quedar?
Chuqui-  Yo qué sé. Por ahí. Qué importa eso.
Arturo-   Bueno, entonces, qué estás esperando para irte.
Chuqui-  Taa, ya me voy, mijo. Nunca más voy a volver a ver tu maldita cara. (Agarra la mochila y sale, en paz.)


ESCENA 4

(El padre se echa de nuevo en el colchón. Se pone a pensar. Pero no se arrepiente de nada.)



ACTO II

ESCENA 1

(Estación de trenes. Lugar poco iluminado. Cuatro bancos largos. En una esquina, un contenedor. Cuatro muchachos alrededor de una fogata. Uno le hace señas a Chuqui para que se acerque. Chuqui está cansado y hambriento.)

Kevin-  ¿De dónde venís?
Chuqui- De muy lejos.
Pitu-   ¿Por qué decidiste llevar esta vida en la calle, lejos de tu familia?
Chuqui-  (Los mira y sonríe con tristeza.) Es larga y triste mi historia para contarla ahora.
Kevin-   (Mira al resto de la banda.) Quedate.
Chuqui-  Les agradezco. Pero sólo por esta noche me quedo.
Pitu-  ¡Dale, vo, pibe! No tengas miedo.
Chuqui-   No es por miedo
Kevin-   Bueno, si no conseguís refugio en estos días, acá sos bienvenido.



ESCENA 2

(Calle de un barrio de alto nivel económico. Dos señoras muy bien vestidas. Chuqui camina distraído; tiene un aspecto muy desprolijo.)

Gloria-   (En un susurro.) Mirá a ese chico. ¡Sostené fuerte la cartera!
Clara-    Miralo con cara de mala y no le saqués los ojos de encima.
Gloria-   ¡Pero mirá la cara que tiene, la suciedad que tiene en la ropa, en las manos...qué horrible!
Clara-   Sí, acelerá el paso, así llegamos al shopping.



ESCENA 3

(En la estación de nuevo. La banda no está. Chuqui está comiendo restos de comida que sacó del contenedor.)

Kevin-  ¡Y, pijito! ¿Te vas a quedar o te vas a ir solo, por ahí, sin conocer lo que es la calle?
Chuqui-  Sí, vo, amigo, me quedo con ustedes. ¿Qué tengo que hacer?
Kevin-   Por ahora nada. Y no me digás amigo, amistá ni compañero.
Chuqui-  Bueno, dale.



ESCENA 4

(Al otro día.)

Kevin-   ¡Dale, vo, amistá, vamos, que tengo ganas de fumarme un porro y no tengo un peso!
Chuqui- (No habla. Le tiemblan las piernas.)


ESCENA 5

(Entran en la casa de Clara y Gloria. La desvalijan. Cuando están por irse con el botín, Gloria reconoce a Chuqui.)

Gloria-   ¡Sos vos! ¡Sos el que vimos el otro día! ¿Qué te decía yo, Clar... (Kevin la amordaza con un pañuelo.)



ACTO III
 

ESCENA 1

(Todos en la estación. Unos recostados a los bancos, tomando alcohol; Kevin, acostado al lado del contenedor, pasándole un faso a Chuqui.)



ESCENA 2

(Llega la policía. Todos corren, menos Chuqui.)




ESCENA 3

(Un calabozo. Un tipo robusto y alto. Chuqui, con el rostro y el cuerpo  vencidos.)


Recluso-  ¡A ver, mijito! ¡Vamos! ¡Bajándose el pantaloncito! ¡Vamos!
Chuqui-   ¡No, por favor! ¡Otra vez no, por favor!




Dayana Cardozo  -  Cintya Miranda  -  Natalia Reinieri

3º 5









ACTO I


ESCENA 1


(Un puente sobre un arroyo. Debajo vive Andrés.)


Andrés_  ¡Vo!¡Vamo´ a fumar un porrito!
Mathi _  Sí, tenemo´ que conseguir unas chapas.
Andrés_  Vamo´ a hacer cuerda pa´ juntar esas chapas.
Mathi_  ¡Pa! ¿Si nos agarran lo´ botone´?
Andrés_ ¡No sea´ ortiva, vo! Hace mucho tiempo que andamo´ en la vuelta y 
               ¿ justo ahora vamo´a  echar pa´ tras?
Mathi_ Bueno, pero yo te advertí, eh!
Andrés_  Vamo´al vecino de la otra cuadra.
Mathi_  ¡Sí! Dale.
Andrés_ Esperamos a que se eche un rato y soltamos al cuzco, ¿ta?


ESCENA 2

(Un muro. Asoman algunas ropas colgadas en una cuerda.)

Andrés_  ¡Dale, dale!¡Saltá el muro de una vez, que el viejo se va a despertar y       
                nos va a cagar a cuetazos!
Mathi_    ¡Pará, boludo, que... que no puedo trepar!
Andrés_  ¡Mové ese culo, que nos van a cagar a tiros!
Mathi_   Ahora, el que está lento sos vos. ¡Dale! ¡Ya estoy en la cuerda!
Andrés_  Es que estoy soltando a este perro para que no empiece a ladrar.
Mathi_   Bue, yo voy juntando las pilchas. Pa´. Este viejo de mierda no tiene 
               nada de marca.
Andrés_  No importa. Pa´ los 20 pesos del faso sirve. Este garca se queda sin  
                trapos.
Mathi_   Ya está. ¡Vámono´!
 
Andrés_  ¡Vo! ¿Qué trapos sacastes?
Mathi_  ¡Mirá! Al final, viste que no nos agarraron los botones, ¿no? ¡Ni se 
               enteraron!
Andrés_ Deben de andar en la vuelta.
Mathi_   ¡Pero! ¡Hasta un calzoncillo cagao saqué, viejo mugriento, 
                zaparrastroso, qué viejo comemierda. Y yo jiedo a cara de perro, 
                boludo.
Andrés_  ¡Vo! ¡Vamo a apurarno´ a vender esto!
Mathi_   ¿Y dónde vendem´esto?
Andrés_ ¡Ah! Se lo vendemo ´al de la vaca, que es gordo y sucio como el viejo.
Mathi_   Tenés razón. Dale.
Andrés_  Ya casi llegamos.


ESCENA 3

(En la casa de Toto, el vendedor de drogas.)


Andrés_    ¿Y, Toto? ¿Qué cuenta la gente?
Toto_    Nada, acá, en la vuelta.
Mathi_   Uh, vamo´ al grano.
Andrés_ ¡Ta, vo! Te trajimo´ unas pilcha´ como pa´vo, por un poco de merca.
Mathi_   Mirá, acá están, vichalas. ¿Cuánto nos das?
Toto_   Y... no sé... por esto... te da para uno.
Andrés_  ¡Ah, loco! ¡Cómo uno! Mirá todo lo que te trajimos. No nos cortes la 
                 cara, vo, si no me voy para otra boca.

Toto_   Mmmm, ´ta bien, te doy dos pero no más.
Mathi_   ¡Ah...! Ahora me gustó.
Andrés_  ¿Te parece, Mathi?
Mathi_  Y, see, uno para cada uno, ¿o no?
Andrés_  Dale, vámonos a fumar.
Mathi_   Pará, ¿a dónde vamos?
Andrés_  No sé.



ESCENA 4
(En la calle.)

Mathi_  Vo, escondelos que ahí vienen el Peludo y el Nando.
Andrés_  ¡Dale, dale! Bueno... ¿qué dice la gente?
Peludo _  Acá andamo´, en la vuelta, como perro pa´echarse.
Mathi _ ¡Ah, loco!
André _ Yo estoy con el Mathi, cuidando a los viejos.
Nando _ Nosotros vamos a hacer cuerda en la casa del Gordo.
Mathi _  Ja ja ja
Peludo _ ¿De qué te reís?
Mathi _ No, no, de nada, de nada...
Nando _ Bueno, nos vemos.
Andrés _ Dale, chau, locos.






ACTO II

ESCENA 1

         (Al fondo, la casa de El Gordo. Es de dos pisos, con grandes ventanales, una piscina; la casa está enrejada. La vereda es ancha. Andrés y Mathi se están yendo: acaban de robar ropa acá. Han pasado dos días.)

Andrés _ Vo, lo que robamos no nos alcanza para nada. Vamos a tener que 
             seguir con un boliche.
Mathi _   ¿No sería muy arriesgado?
Andrés _  ¡No seas mongólico, tarado! ¡Cómo vamos a fumar, si no! Además...
                  siempre haciéndote el buenito.
Mathi _  Si vos decís, que sea lo que Dios quiera.
Andrés _  Ahora te me venís a hacer el religioso, después de que perdimos la
                 cuenta de las veces que hemos robado. ¡Dale, dale, vamo´.
Mathi _   No soy religioso. Lo que pasa es que no fumé ningún porrito.
Andrés _ ¡Y bue...! ¿Para qué te creés que vamo´a robar, pajero!
Mathi _   ¿No podemos pedirle un porrito fiado al Toto?
Andrés _  ¡Estás re pirao! ¡Cómo le vamos a pedir fiado si todavía le debemos!
Mathi _  Mañana se lo pagamos con lo que robamos aquí.
Andrés _  ¡Vo, chupapija! ¡No sigas rompiendo la verga! ¡Le debemos mucha
                  plata, idiota!
Mathi _  ¿Qué? ¿No tenés ganas de fumar, mongólico de mierda! ¿Te hacés el
               decente hoy?
Andrés _  No, loco, no, estamos re fisurados.
Mathi _   Bueno... Vamos

  
ESCENA 2

         (Un quiosco pequeño, modesto. Hay un cliente.)

Andrés _   Dale, yo agarro de rehén al mongólico que está comprando, y vos le
                  pedís la plata al dueño.
Mathi _   Bueno, dale, dale.
                 (Al quiosquero) ¡Arriba las manos! ¡Dame toda la plata! ¡Movete,
                 dale!
Dueño _  ¡Pará, pará, no tengo un peso, recién abrí!
Mathi _  No me mientas, hijo de puta, que este viejo te está comprando.
Rehén _  ¡No me hagan daño! ¡Les doy todo pero no me lastimen! ¡Tengo tres
                 hijos que criar!
André _  No me importa, viejo, manejate.
Mathi _ ¡Uy! ¡La poli, boludo! ¡Vámonos!
Policía _   ¡Levanten las manos y no se resistan, que no les va a pasar nada!
André _   Prefiero morir antes de rendirme.
Mathi _   (Yo me voy.)
Policía _   No corras o tendremos que disparar. Cuento tres; si no parás,
                 disparo... Uno... dos... tres... ¡Paf! ¡Paf!
Mathi _   ¡Ay! ¡Ah! ¡Ah!
André _   ¡Qué hiciste, botón de mierda! ¡Lo mataste!


ACTO III

ESCENA 1

         (André ingresa a la cárcel.)

André _   Sáquenme de acá, por favor.
Presos _   Vení, entregá esa colita.
André _   Salgan de acá.
Presos _   Dale, sos virgen, no te va a doler mucho... La primera vez te duele; la segunda, menos, y después te empieza a gustar, bonito...

ESCENA 2

         (Después de unos años.)

Policía _   ¡Ey! ¡Muñequito! Llegó tu día. Dale, levantate, que por fin de vas de 
                 acá.
Andrés _   Mmm, ¿qué hora es?
Policía  _   Son las 7.49.
André _    ¡No los voy a ver más, milicos mamones, presos de mierda!
Presos _   ¡Dios quiera que no vuelvas a caer preso!
Policía _   Andate, muchacho. El portón está abierto.

  
ESCENA 3
         (En la calle.)

André _  ¿Y este loco que me viene siguiendo?
Desconocido _  ¡Vo, pibe!
André _   ¿Qué?
Desconocido _   Llegó tu fin. 

¡Paf! ¡Paf!


Matías Pereira  -    Marcelo Falaguián    Alfredo González

3º 5





































ACTO I
  
ESCENA 1

         (Una calle en un barrio marginal.)


Pablo _  (A un desconocido) ¡Mirá por dónde caminás, idiota!
Ronco  _  Dejalo, mirá lo que es, es un pobre desgraciado.
Pablo _  Pará, ¿este no es el vago que vive en la plaza?
Ronco  _  Sí, es él. ¿Cómo te llamás, vago?
Desconocido _  Marcelo me llamo. No me hagan nada, por favor.
Ronco _  No da, gil, todo bien.
Marcelo _  ¡Uf! Zafé, me salvé de una paliza. ¡También¿ Mirame a mí,
                   caminando por estas calles sucias, de gente de mierda, que me
                   pasan cagando a palo porque no tengo plata y vivo en la calle.
Diego _   ¿Qué hacé ´, Marce? ¿Va´ a requechar?
Marcelo _  Sí, vamos. Y, Diego, ¿todo bien?
Diego _   La voy llevando pero desde ayer que no como nada.
Marcelo _  ¡Y si ayer le afanastes $130 a una vieja del barrio cheto!
Diego _  Sí. Pero me lo fumé todo.
Marcelo _   ¿Seguí ´con la pasta?
Diego _   Ma´bien, es lo que más pega.
Marcelo _   ¡Está ´loco, vo. Yo ya dejé. Le doy sólo al porro.
Diego _  Vo porque sos mantequita.
Marcelo _   Sí, sí, después vemo´quién se muere más rápido.
Diego _   ¡Qué importa! Antes que vivir así, durmiendo en la plaza, sin familia, 
                sin comer todos los días, y las barras que nos corren para darnos palo,
                y ni qué hablar cuando nos ven los botones... ¡Vo, gil, ¿me estás
                escuchando?
Marcelo _  ¡Mirá a esos giles nenitos de mamá... ¿Vos andás con corte? Yo tengo
                   esta hoja, la estuve afilando anoche.
Diego _   Sí, tengo, pero es de día, y alguien nos va a ver.
Marcelo _   ¡Qué importa! ¿O no querés pasta?
Diego _   Bueno, vamo´a poner en bola´a esos.
Marcelo _   Dale, abrite por la otra vereda, que yo voy por ésta.



ESCENA 2

Marcelo _   ¡Vo, pelao, tené ´hora?
Muchacho _  Sí, 12.45.
Marcelo _   Buen celular, loji, y esa ropa, me gusta...
Diego _   Bueno, dale, sacate los championes y dame la plata y el celular.
Muchacho _  ¡Pará, pará, no me lastimes!
Marcelo _  ¿Qué no? ¡ Gil, apurate o te abro!
Diego _  Estos giles tienen plata, eh?
Marcelo _  Bueno, váyanse y no digan nada.
Diego _   ¡Mirá cómo corren: se pinchan la´patas.
Marcelo _   Rajemo´pa´la plaza y nos repartimos.
Diego _   No, vamos pa´la boca.



ESCENA 3

Alfredo _   ¿Qué hacen, vagos? ¿Por qué corren?
Marcelo _  Nada... Nos cruzamos con unos chetos ahí. ¿Para dónde vas, vo?
Alfredo _  ¿Yo? Pa´la boca.
Diego _   Nosotros también. Vamos a cambiar esto por pasta y porro.
Alfredo _  Vamos juntos.
Marcelo _   Pará, gastate esa plata en caña o vino y nosotros compramos la
                    merca.
Alfredo _   Dale, nos encontramos en la plaza.


ESCENA 4

Diego _   Es gente el Alfredo, ¿eh?
Marcelo _  Claro, tremenda amista´.
Diego _   Entrá vos a la boca porque yo debo algo.
Marcelo _  Bueno, dale, andá yendo para la plaza, que ya salgo.
Diego _   Gracia´, Marce, no´vemo´.





ACTO II

ESCENA I
         (En la boca.)

Marcelo _  ¿Qué hacé´, Tali? Te traje esto.
Tali _   ¿En qué andá´, Marce? ¡Mirá! ¿De dónde sacaste esto?
Marcelo _   A un par de giles, ahí.
Tali _   Mirá, por esto, 4 porros y 5 lágrimas.
Marcelo _  Impecable. Bien de bien.
Tali _   Bueno, tomá pero esperá que te voy a presentar a mi primo.

ESCENA 2

Tali _  Él es Marcelo.
Mathías _  Todo bien, Marce, yo soy Mathías, si el Tali no está, yo te
                   vendo.
Marcelo _   Bueno, todo bien. Tengo que irme.
Tali _   Pará. No habrás visto al Diego, ¿no?
Marcelo _  No, ni ahí. Nos vemos, Tali.
Tali _   Cuidate, vo, y seguí trayendo cosas así, que me gustan.


ESCENA 3
         (En la calle.)

Sergio _  ¿Qué hacé ´, Marce?
Marcelo _  ¡Uy! Mirá quién anda acá. ¿Todo bien, sergio?
Sergio _  Y ahí, tomando este vino. Te invito, porque ando más solo que...
Marcelo _  Dale, pero vamo´a la plaza que me están esperando el Diego y el
                   Alfredo. Tenemo´para viajar hoy.
Sergio _  Esa es buena. Vo, mirá, ¿ese no es el Renzo?
Marcelo _  Sí, mirá, arregló el cachilo; vamo´a decirle que nos arrime. ¡Vo,
                  Renzo!
         (responde tocando bocina.)

ESCENA 4

Renzo _   ¿Qué dice, gente?
Marcelo _  ¿Arreglastes esto?
Renzo _   Y sí, no quedaba otra. ¿Los arrimo a algún lado?
Marcelo _  Bueno, dale, a la plaza.
Renzo _  Suban. ¿Qué van a hacer en la plaza?
Sergio _  Nada. Tenemos unos vinos y algo más. Esto se va a poner bueno, ya
                sabés cómo somos.
Renzo _  Ta, me imagino. ¿Y quién más está?
Marcelo _  Los de siempre: Diego, Alfredo, y si vos querés, dale nomás.
Renzo _   No, hoy no puedo. Bueno, llegamos.
Marcelo _  Gracia´, vo, Renzo, te debemo´una.
Renzo _  Dejá, nos vemos, cuando se pueda nos juntamos.



ACTO III

ESCENA 1

Marcelo _  Bueno, gente, ya traje todo.
Alfredo _  Pa´, vo, ta bueno esto.
Sergio _  Dale, vo, prendé los chasquis.
Diego _  ¡Pa´! ¡Pega esto, eh!
Marcelo _  Sabelo, te quema la cabeza.
Diego _  ¡Uh, boludo, los botones!

ESCENA 2

Policía 1 _  ¡Buenas, muchachos! ¡Todos contra la pared!
Diego _  Pero no estamos haciendo nada, oficial.
Policía 2 _  ¡Callate! Arrestalo, Juan, que te los cuido.
Policía 1 _  ¡Todos a la camioneta!
Marcelo _ ¡Pa´, vo! ¡Qué embole!
Diego _  Sí, vo, se veía bueno.
Sergio _  ¿Y ahora nos tenemos que comer una noche?
Marcelo _ Pero no pasa nada; caemos casi todos los días. ¿Qué nos van a hacer
                     ustedes, botones resentidos!
Policía 1 _  ¡Qué les vamos a hacer? Ustedes son menores; tienen antecedentes
                    por robar. Ahora van todos para el INAU, el juez ya dio la orden.
Policía 2 _  Sargento, agrupalos de a tres y llevalos a la Colonia.
Marcelo _  ¡Pa, vo!¡Se nos terminó la joda. Esto viene en serio!
Diego _  ¡Sí, ahora a aguantar unos cuantos años!


Renzo Mareco  -  Sergio Molina
3º 5







ACTO I


ESCENA 1
         (Habitación con una cama, un ropero y una mesa de luz.)

Alberto _  ¡Hola, Francisco!
Francisco _  ¿Cómo andás, padre? ¿Andás bien?
Alberto _  Bien, hijo. ¿Qué te pasó que viniste temprano?
Francisco _  Nada, papá... Tuve un problema.


ESCENA 2
         (En la cocina. Una mesa, un armario, una heladera.)

Laura _  ¿Qué problema tuviste, hijo?
Alberto _  Nada importante, mamá. Quedate tranquila.
Laura _  Cualquier cosa, podés contar conmigo.


ESCENA 3

Alberto _  Hijo, conmigo también podés contar.
Francisco _  Gracias, papá. Te quiero mucho.
Alberto _ Yo también, hijo.




ESCENA 4
         (Dormitorio.)

Francisco _  Hola, mi amor, cómo andás.
Noelia _  ¿Andás bien, mi amor?
Francisco _ Bien. Recién estuve hablando con mis padres.
Noelia _  ¡Qué? ¿Pasó algo?
Francisco _  No, mi amor, no pasa nada.
Noelia _ ¡Ah! Ta, me quedo más tranqui.


ESCENA 5
         (En la calle.)

Noelia _  Francisco, ¿qué te pasa que estás muy cambiado?
Francisco _  No me pasa nada. ¿Por qué me lo decís?
Noelia _  Te lo digo porque estás muy cambiado.
Francisco _  No estoy cambiado. Nada que ver.
Noelia _   Eso es lo que yo noto, pero ´ta, ya está.
Francisco _  Mirá, allá viene Pablo.


ESCENA 6

Francisco _   ¿Cómo andás, Pablo? Te presento a mi novia.
Pablo _   Un gusto. ¿Todo bien?
Francisco _  Sí.
Pablo _  ¿Querés ir a casa esta noche?
Francisco _  Bueno. Paso a las diez.


ACTO II

ESCENA 1
         (En casa de Pablo. En el living.)

Pablo _   Mirá lo que tengo.
Francisco _   Eso es pasta base.
Pablo _   Sí, querés.
Francisco _   Bueno, dale.
Pablo _  ¿Sabés que me quedé sin plata? Pero vení, tengo una idea. Vamos a
               robarle a alguna vieja, eh?
Francisco _ Bueno.

ESCENA 2
         (En la calle.)

Pablo _  A esa que viene ahí. Pegale en la cabeza.
Francisco _   ¿Y si la mato?
Pablo _  Pero no, quedate tranquilo.


ESCENA 3

Policía _  ¡Contra la paré, ustedes!
Pablo _   Pero qué pasa.
Policía _  Una señora denunció que fue golpeada.
Francisco _ Nosotros no hicimos nada.
Policía _  ¡Ah no! ¿Y esa sangre que tenés ahí?
Francisco _   Está bien. Fui yo.
Policía _  Vamos.

ESCENA 4
         (En la comisaría)

Laura _  Vengo por mi hijo, Francisco Pasos.
Policía _  Su hijo fue procesado. Hirió gravemente a una mujer.
Laura _  ¡No! ¡No! No lo puedo creer.
Policía _   Señora, no se ponga mal.


ACTO III

ESCENA 1
         (Francisco ha cumplido su condena. En la puerta de la cárcel.)

Francisco _   Hola, papá, perdoname, por favor.
Alberto _  No pasa nada, hijo, ya todo terminó.
Francisco _   Sí, papá. Ahora que los veo a ustedes, me siento mejor.
Noelia _  Te extrañé mucho.
Francisco _  Yo también, mi amor, a todos. Y les digo que nunca más va a volver a suceder, se los juro por mi vida.
Noelia _  Me pone muy contenta que digas eso.
Francisco  _  Vámonos. No quiero estatr un segundo más acá. Soy otro Francisco 
que quiere empezar una vida nueva. Vámonos.



Federico González – Daniel Correa

3º 6
































   
ACTO I

ESCENA 1
         (El living de la casa. Sillones modernos.)

Marcos  _  ¡Buenas noches!
Lucía  _  ¡Qué temprano llegaste!
Marcos _  Se suspendió la reunión. ¿Y Natalia?
Lucía _  Está en su cuarto, estudiando con Julieta.
Marcos _  (Suena el celular de Lucía.) ¿No vas a atender?
Lucía _  ¡Hola! ¿Eh? Hoy no puedo. Chau.
Marcos _  ¿Quién era?
Lucía _  ¿Eh? Mi madre. Quiere que vaya.
Marcos _  Te llevo. Es temprano.
Lucía _  No, voy mañana.

ESCENA 2
         (En la cocina a la hora del desayuno.)

Natalia _  ¡Buen día, pa!
Marcos _  Buen día. ¿Querés café?
Natalia _  Sí.
Marcos (le sirve.)

ESCENA 3

         (Al anochecer. Natalia está en el living.)

Marcos _  Buenas. ¿Y tu madre?
Natalia _  Preguntale a la empleada.
Marcos _  ¿Dónde está mi mujer, María?
María _  Salió temprano y no dijo adónde, señor.
Marcos _  ¿No ha llamado?
María _  No, señor.

ESCENA 4

         (Después de tres semanas.)

Marcos _  Tu madre sigue llegando tarde.
Natalia _  No sé qué estará pasando. Está muy rara últimamente.
Marcos _  Intenté llamarla pero tiene el celular apagado.
Natalia _  ¡Ya está! No aguanto más. Tengo que decírtelo. Mamá te mete los 
                  cuernos.

ESCENA 5

Lucía _  ¿Qué pasa? ¿Por qué me miran así?
Marcos _  No hace falta que digas nada. Lo mejor es que lo nuestro termine
                 acá.
Natalia _  ¡Basta! La culpa es mía. (Se va llorando.)




ESCENA 6
         (En la plaza.)

Natalia _  ¿Qué hice? Destruí a mi familia. Es todo mi culpa. No tendría que
                  haberle dicho nada a papá. (Llora)


ESCENA 7
(Unos jóvenes se acercan al verla llorar.)

Paula _  ¿Qué te pasa? ¿Por qué llorás?
Natalia _  Tengo un problema familiar.
Micaela _  Nosotras podemos darte algo para que te olvides de ese problema.
Natalia _  ¿Y qué es eso que puede ayudarme?
Patricia _  Tomá. Probalo. Después nos contás.
Natalia _  Pero... (Lo prueba.)



ACTO II

ESCENA 1
(En casa de Julieta.)

Julieta _  ¡Hola!
Natalia _  ¡Hola, amistad!
Julieta _  ¿Estás bien? ¡Te noto un poco rara!
Natalia _  Probé algo que me dieron en la plaza.
Julieta _  ¿Qué probaste?
Natalia _  Algo que me hace sentir bien.
Julieta _  ¿Qué te dieron? ¿Qué es?
Natalia _  Me dijeron que me haría olvidar de los problemas.
Julieta _  Nada de lo que te den te va a ayudar, lo mejor es enfrentar los
                 problemas.
Natalia _  Bueno, puede ser. Pero en ese momento me olvidé. Bueno, tengo que
                  irme.
Julieta _  ¿Vas al colegio?¡Nos vamos juntas!
Natalia _  Hoy no puedo. Voy a buscar a unas amigas.


ESCENA 2
         (En la plaza.)

Natalia _  Tenían razón. Probé lo que me dieron y me sentí muy bien.
Paula _  ¿Querés más?
Natalia _  ¡A eso vine! A pedirles más.
Patricia _  Eso era para probar. Si querés más tenés que comprarla. Nosotras
                  sabemos de alguien. Le dicen “Peluca”.
Natalia _  ¿Dónde puedo encontrarla?
Micaela _  Nosotras vamos a verlo. También queremos más. Si querés, vení con
                   nosotras.
Natalia _   Pero, ahora no traje plata.
Paula _  Nosotras tampoco. ¡Pero conseguimos! Mirá, allá viene una vieja.
               Vamos a robarle la cartera.
Natalia _  ¡No! ¿De esa forma consiguen la plata?
Patricia _  Es la mejor. Vamos, animate, no pasa nada. ¿Pensás que te va a
                  reconocer?
Natalia _  Bueno, si no pasa nada...
Micaela _  Cuando le saqués la cartera, corremos todas.
Natalia _  ¡Ta!


                                                  
ESCENA 3

Clotilda _  ¡No! Mi cartera no. Que alguien me ayude, por favor. 
Paula _  ¡Dale, Naty! Apurate. Corramos a lo del Peluca.


ACTO III

ESCENA 1
  (En la Comisaría.)

Agente González _  ¿Señor Castro? Lo llamo de la Seccional 16ª. Su hija está
                              detenida. Por robo de una cartera y compra de droga.
                              ¿Puede pasar por acá?


ESCENA 2

Marcos _  Cuando lleguemos a casa, hablamos.
Agente González _  Firme por acá, señor.

ESCENA 3

           (En casa.)

Marcos _  Vení para acá que tenemos que hablar.
Natalia _  No te metas. Es mi vida.
Marcos _  ¡Cómo querés que no me meta! ¡Soy tu padre!
Lucía _  ¿Pueden explicarme qué está pasando?
Natalia _  ¡Qué te hacés la preocupada! ¡Nunca te importé!
Lucía _  Que tu padre y yo no estemos bien no quiere decir que no me importes.
               No mezcles las cosas.
Natalia _ ¡Basta! Así no vamos a solucionar nada. ¿Por qué no hacen terapia
                  ustedes para solucionar sus problemas y yo soluciono los míos?
Marcos _  ¡No! Tenemos que ir los tres. Es lo mejor.
Lucía _  Sí, va a ser lo mejor.


ESCENA 4
            (En el consultorio de la psicóloga.)

Claudia _  Ya han pasado tres meses y veo una gran evolución en la familia (Le habla a Natalia.) Espero que hayas comprendido no es la solución a los problemas. Al contrario, generas mayor problemática de la cual no podés salir fácilmente. Solamente podrás salir con esfuerzo y voluntad. La mejor manera de resolver los problemas es enfrentándolos.

Sofía Da Silveira - Antonella Sobrera -Sharon Magallanes-
Marcos Reyes- Aline Núñez - Cinthia López -
Patricia Umpiérrez- Elizabeth Páiz- Emanuel Gómez-
Janina Rodríguez-Dahiana Ravirú-
3º 6